domingo, 1 de mayo de 2016

María:

Si hay algo que me fascina de vos es que sos anacrónica. No, sos mucho más que eso - como lo tuyo nunca ha existido. Dejame ser más específico: es más que tu pasión explícita por los '90. Por algún ideal de representar tu niñez y vivir en un estado de rebeldía constante. Es más que tus referencias poco sutiles a la subcultura digital under de hace unos años, recoveco que pocos conocen. O tus inspiraciones en no sé qué arte de revista de tapa dura que habrás encontrado perdida una caja polvorienta entre la memorabilia de tus padres, un cierto arte que te mueve a ser original. Yo sé que esa es la clave que te descifra: originalidad, o mejor dicho la obsesión con ella. Porque yo le desaconsejaría a cualquiera hacer lo que vos haces - hacer de tu vida una imagen. Una imagen consistente, hay que aclarar: un facebook, un blog, unas actividades, un conjunto de ropa (unos tonos rosa barbie y celeste crema del cielo en tu ropero). Lo tuyo es interesante: esa ilusión anacrónica combinada con miradas tristes hacia abajo y hacia afuera de cámara, heredadas, que me hacen fantasear sobre cómo habrá sido la etapa "emo" que transitaste. El problema con transformarse en una imagen, en una representación, es que es agotador: es un imperativo, y como tal, demanda energía extra y una cierta inversión emocional, ninguna de las cuales serían necesarias si uno simplemente buscara satisfacer sus deseos (pero no me voy a meter en ese tema, porque es uno complicado). Ahora bien, vos llevás esto al extremo, te la jugás un 100% al crear esta imagen, no "quebrás el personaje" y esto hace que en vez de ser algo desaconsejable, sea algo admirable: vos hacés de tu vida un arte. Me pregunto qué opinarás del queso cheddar en las hamburguesas de McDonald's... o cómo te gustará el mate (dulce ó amargo). Porque sé que estás en contacto con la realidad social a tu alrededor, después de todo, tu poesía pretende ser política. No importa, María, ya está claro que por más que me resista, tu búsqueda obsesiva por la individualidad y la diferenciación me cautivó. Yo necesito nutrirme de mundos de fantasía, y ahora encontré tu mundo. Me encanta cómo vivís aparte, como si tu realidad tuviera otra paleta de colores... por qué no aquella con la que filtrás tus fotos. Y no me malinterpretes, yo te entiendo, o pretendo entenderte, y me da placer pretender entenderte, pero es la confusión de donde viene mi fascinación hacia vos, eso que no termino de entender de vos, esa sensación que me das que es una sensación, no una certeza. La sensación de que de repente vivo en el presente, de que vivo en una ciudad, de que la ciudad y el aire están pintados con tus colores, y con tu aliento, y obviamente con tu perfume, y mejor aún, tu perfume corporal, y las conversaciones son como diálogos de las películas que te gustan. Y los objetos destilan eso que te caracteriza (tu soledad, tu rebeldía) y se ven envueltos permanentemente en el verano en el que te conocí. Porque a partir de ahora cada vez que piense en vos para mi va a ser verano del '12 en Buenos Aires. Pero no me malinterpretes, sólo te escribo para decirte que hay algo de vos que me fascina... porque finalmente entendí algo, ¿sabés? Vos reivindicás toda la lucha de la bohemia, y todas las luchas anteriores, porque acaso por un solo amor, éste amor, se puedan reivindicar todos los que no fueron, todos los intentos fallidos. Vos idealizás, querida, y lamento decirte que algún día se te va a pasar, que "son cosas de la edad" y que te vas a dar cuenta de que al final todos somos un poco parecidos. Pero yo quiero soñar que no, que vos siempre vas a encontrar una nueva ropa que nadie use y que la vas a hacer tuya. Y mientras, yo, seguiré idealizándote. Y cuando todo pase, cuando seamos viejos y el mundo sea aburrido, y vistamos lo mismo, y de la paleta de colores de tu mundo queden tan sólo manchas apagadas que yo sabré reconocer como ningún otro, ese día, algún día quizás, hablaremos, y yo te abrazaré porque necesitarás y necesitás ser abrazada, no necesitás ningún rosa barbie ni ningún celeste crema del cielo (¿entendés que tu mundo no permite a nadie más porque nadie está a la altura, y en ese sentido es un desierto?)... Me tendrás, te lo prometo, y el amor no será como lo soñamos pero será real. Hasta entonces, te deseo calma para los siguientes capítulos, y nos encontraremos en el final.

Extraído de "Si fueras un pájaro, ¿cuál te gustaría ser?".
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