miércoles, 23 de diciembre de 2015


"— Esa sensación de que la Tierra... de que la Tierra. Y no tierra, Tierra. De que es algo viejo, vasto, primordial. Madre. Y de que tan sólo es la Vida. Una primer célula que se dividió, incontables seres que cambiaron su ambiente y cambiaron ellos mismos. Números, sí, pero también vidas. Pequeños mundos inconmensurables en sí mismos. Y finitos, sobre todo finitos. La muerte, sobre todo. El regresar a algo. El escuchar un secreto olvidado. La oscuridad, el silencio. Algo más. Algo más. Un misterio. El más básico, y universal. El universo que se vuelve consciente. Al fin y al cabo, una reacción más. Pero la semántica cierra. El misterio es las dos cosas, porque en definitiva sólo hay uno.
Y otros planetas. Otros paisajes. Otras historias. Otros bellos atardeceres. La misma sensación de libertad. La sensación de que hay mucho por que vivir."

El Científico sobre el atardecer en su planeta natal.

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"— That feeling that the Earth... that the Earth. And not the land, the Earth. That it is something old, vast, primordial. Mother. And that it is just Life. A first cell that divided, countless beings that changed their environment and changed themselves. Numbers, yes, but also lives. Little immeasurable worlds in themselves. And finite, especially finite. Death, above all. To come back to something. To hear a forgotten secret. Darkness, silence. Something else. Something else. A mystery. The most basic one, and universal. The universe that becomes conscious. Ultimately, another reaction. But the semantics are complete. The mystery is both things, because in the end there is just one.
And other planets. Other landscapes. Other stories. Other beautiful sunsets. The same feeling of freedom. The feeling that there's much to live for."

The Scientist on the sunset in his home planet.

domingo, 20 de diciembre de 2015

escuchar: Nina Simone - Just in time

es feo hacer esto solo, estar solo
quiero compartir esto bueno con alguien
con vos quizás
que sea algo mas pleno
no yo solo, conmigo mismo
con una amistad tampoco
compartirlo calmo, tranquilo
apreciarlo bien, y hacerte apreciarlo bien
mostrártelo, pero no imponértelo
me gustaría que te guste
que te guste también
a vos
me gustaría tanto que te guste
y poder mostrártelo completo
poderme mostrarme yo completo
y que te guste también
yo
que este momento no sea solitario
sino compartido
que sea
algo de mi para vos.
y que lo veas.

27-03-15

martes, 17 de noviembre de 2015

Lapsus memoriae

Qué bueno recordar una sonrisa instantánea
el pasado dibujado en el presente
dos miradas sosteniéndose
a través de los hilos del tiempo.

Una travesía que se perpetúa a través de las generaciones.

De repente un mecer de hojas secas en invierno,
el empático recuerdo de un trineo en la niñez,
las ruedas de la bicicleta frenando en el asfalto de verano,
la cortitud del renglón cuando uno es niño.

Dos cumplidos que se pueden hacer dos desconocidos al conocerse.

Sólo suena una simple canción pop
en un atenuado bar en la lejanía de la ciudad.

Trato de manotear otra vez ese talento, ese sufrimiento
pero siento que el poder ya se está yendo.
Todo se hace un final (estoy allí) y
finalmente caigo en la clara, llana, profunda
terránea, inhóspita, desinspirada
aburrida pero certera
efectiva, dolorosa
en fin, dual
realidad.

lunes, 9 de marzo de 2015

La caja negra

La idea de la caja negra: infiero propiedades de un objeto, y hasta la composición del mismo, interactuando con este; produzco una acción sobre él, coloquialmente llamada "estímulo" y analizo la reacción del objeto, o "respuesta". Es fundamentalmente algo que hago externamente, no me molesto en estudiar el interior del objeto; de hecho, demanda la mínima interacción posible, por lo que es un principio austero.
No se diga más, su virtud queda a la vista. Las personas (la mayoría de ellas) han sido a lo largo de la Historia amantes de lo simple, perezosas si se quiere citar algún motivo; aunque también lo simple destaca cierta belleza, una belleza que muchas voces califican como "matemática". Pero ha habido en la Historia, y las sigue habiendo, otras personas, personas que desestiman lo simple. Estas personas captan la esencia de directos razonamientos, pero por providencias de la vida que vaya uno a saber cuáles son, prefieren lo complicado. Prefieren lo revuelto, lo confuso y enmarañado, lo "complejo". Las conexiones indistinguibles a primera vista, las profundas. Buscan el detalle. Es más, se regocijan en el detalle. Porque estas personas, si bien meticulosas, en una vuelta paradójica de los acontecimientos, aman el todo indefinido. Ante un problema, no se les vaya a plantear la idea de la caja negra; ya la superaron.
Por otro lado, el origen del proceder de las personas que tienen como vocación lo simple, y como campeón la caja negra, raya el absoluto desinterés. Al operar externamente, logran concentrarse solo en la acción y en la reacción. Con cálculos que usualmente se pueden garabatear rápidamente, terminan produciendo estimaciones sobre la composición del objeto en estudio... y acaso estimaciones sobre qué es el objeto que están estudiando, lo cual parece que no siempre es obvio desde el inicio. Por supuesto, esto siempre son solo, en última instancia, estimaciones: nunca sabrán a ciencia cierta qué es lo que están estudiando, el "qué es" definido a partir de las partes; tampoco les molestará mucho esta incerteza. Ellos propondrán modelos: objetos ficticios y completamente entendibles que servirán como equivalentes; ellos supondrán un modelo u otro, poco importará la abundancia de modelos. Serán todos equivalentes, y todos meramente simbólicos. Extrañamente así, estas personas visitan el terreno del todo indefinido. Y son, al final del día, felices. Se divirtieron midiendo magnitudes en sus pequeños experimentos, dándoles forma, poniéndolas por escrito, inscribiéndolas en la realidad; y al final del día, se jactarán de la efectividad de todo el asunto.
Yo creo que la dualidad de estos dos puntos de vista es maravillosa. Es que el enfoque de las otras personas es radicalmente opuesto al procedimiento recién descripto. Los amantes de lo complejo no dudarán en zambullirse en el sistema, en explorarlo, en conocer cada comportamiento usual así como también contadas conductas peculiares, regularidades e irregularidades. Recorrerán el interior del objeto cual buceador nada las profundidades; intentarán conocer los montoncitos de arena y los cardúmenes de peces latiendo al unísono, los tiburones solitarios y las algas ubiquas. Como en un país extranjero, pasarán buena parte de su tiempo en las grandes ciudades, intimando con los locales, enterándose de sus costumbres y probando sus comidas, llevándose alguna que otra sorpresa porque algunas veces el plato del día será insectos incomestibles. Buscarán escuchar toda la música y bailar toda la música; aunque no se engañen, a pesar de que se dejan llevar tienen un itinerario muy rígido que siguen al pie de la letra. Y en el resto de su tiempo, de vez en cuando, se aventurarán a los dominios recónditos del país, lejos de los grandes valles y hacia adentro de las espesas selvas, y aquí encontrarán lo más extraño de la extrañeza. Y lo anotarán vivazmente en su diario de viaje, ningún detalle debe quedar afuera, porque lo que se está presenciando es un fenómeno único y nuevo en el colectivo de la experiencia humana. Tamaña será su sorpresa, este acontecimiento rompe con todas las reglas establecidas y hasta desafía el sentido común. Un montón de dibujitos, descripciones y flechas perdidas también estarán en orden. Es así que, como se ve, los amantes de lo complejo hacen de su objeto de estudio un mundo, de su quehacer un oficio, y su actividad se extiende a plazos de tiempo insospechados. A ellos esto no les molesta, porque no llevan ninguna cuenta del tiempo y pierden noción del mismo. Frecuentemente, llegarán tarde a las citas, y se les hervirá el agua un buen rato o se les pasarán los fideos. Como se deduce, aunque son fundamentalmente numerólogos minuciosos, tienen una pizca de soñadores. ¡Tengan cuidado con ellos!
Pero me fui por las ramas, estaba hablando de su enfoque particular.
Espero que haya quedado clara mi digresión. Antes de continuar, permítanme contar una historia que viene al caso, muy ilustrativa. Es la historia de un conocido mío.

(inconcluso)
I only saw my grandpa once. When I was young, an old man came to my house, visited my father and told me about many marvelous things - the world, history, science, music. He gave me some cookies, and said my mother had made them for me. I never met my mother. Those were the best cookies I have ever had. Delicious. Later in my life I met a girl who made cookies very much like those I had tasted years before. They reminded me of my mother's. That girl became my wife. Eventually, I could -and had to- travel back in time. I would arrive in the past and speak to my father. I knew I would then meet my younger self. The perspective of an encounter troubled me. What should I say to him? And what shouldn't I say? Gold rule of time travel is to keep the timeline safe, everybody knows that. Funny enough my wife was ok and tried to calm me down. She made her special cookies for me. I didn't eat not even one. As I got to the past, went to my old house, talked to my father, met my younger self, told him about the marvelous things I liked, and gave him the cookies since he was hungry, I realised I was my grandfather. And no birth-paradox this time, but still very shocking.

(11/2014)

viernes, 20 de febrero de 2015

El último evento

Una pequeña habitación silenciosa de un viejo hospital en una fría noche de invierno. El peor momento para irse.
Ocupando la cama en el centro de la habitación, un moribundo. Alrededor, su familia, apenas susurrando; las conversaciones apagándose rápidamente como lo haría un fuego abandonado a la intemperie, afuera.
- Están todos - habló el moribundo, abriendo los ojos, sorprendido - vinieron todos. - dijo lentamente, arrastrando las palabras - hoy nos encontramos, juntos de nuevo, para este evento. Este último evento, para mi - aclaró - ¡Me voy a morir!
Algunas sonrisas se dibujaron entre los asistentes ante la gracia del viejo - ¡No digas eso papá! - sentenció la hermana mayor - Dejá que hable tranquilo - peleó el hermano mayor.
- Me alegra verlos... iguales - continuó el viejo. Con esto quiso decir dos cosas. Se alegraba de verlos a todos: a sus hijos, a sus nietos, a los esposos y esposas de sus hijos. Su mujer no estaba ahí, la extrañaba, la extrañaba tanto como el día que la vio por última vez cuando ella se fue, antecediéndolo. Y se alegraba de ver a sus hijos mayores hablándose como siempre, la misma dinámica que nunca había cambiado, porque "la esencia de una persona no cambia a lo largo de la vida", pensó el viejo. Ahora él estaba enfermo y su característica verborragia elocuente estaba acotada; ahora sus pensamientos seguían fluyendo como un torrente caudaloso, pero su cuerpo no le dejaba expresarlos en totalidad y completitud. Confiaba, sin embargo, en que el resultado fuera el mismo. Sus hijos sabían esto, le entendían hablar, porque lo conocían; y hasta cierto punto, eran como él.
- Ustedes mañana se quedan, yo me voy hoy.
- ¿Qué dice el abuelo? - se escuchó decir extrañado a un nieto. Esto al viejo le sacó una risa exhalada.
- Gracias por venir - finalizó, suspirando.
El hijo mayor se movió en su silla, incómodo. La hija mayor le sostenía la mano, con lágrimas en sus ojos, y la menor lo miraba fijamente, también emocionada, sentada al pie de la cama. En total eran tres.
El hijo se paró cuidadosamente y caminó hacia la cama. Tocándole suavemente la pantorrilla a su padre por sobre la sábana, le indicó con un gesto - Descansá papá.
Se escuchó decir a una de las mujeres a los pequeños: - Vengan, vamos que el abuelo necesita descansar - con lo que acto seguido la reducida multitud, excepto los hijos del enfermo, abandonó la sala.
Cuando se hubieron quedado solos, el padre se dirigió a los hijos:
- Tengo miedo - dijo, mirando a su hija más grande - pero estoy orgulloso de ustedes - ante la mirada de su hijo - y los quiero - dijo mirando a su hija menor.
- Nosotros también te queremos y estamos orgullosos de vos - habló la hija menor, callada pero sensible, con mucho amor y un dejo de sorpresa, y afirmación - Sí - confirmaron a destiempo los otros dos hermanos. En ese breve segundo, se quisieron mucho y sintieron una melancolía que sólo podía provenir del futuro.
- He amado, y he sido amado - declaró el viejo - extraño mucho a su madre - desvió la mirada, y tras una pausa - Tengo sueño.
- Bueno, te dejamos dormir - tensó la hija mayor.
Los tres hijos se retiraron y se quedaron en el rellano de la puerta, conversando a veces y en general sin hablar. La noche había enmudecido.
El viejo observó a sus hijos, de repente se habían alejado, parecían estar muy lejos. Se sintió solo. En esa habitación hacía frío, y todo lo veía de manera indefinida. Su vista se había nublado, le costaba mantener los ojos abiertos.
Entrecerrando los ojos, se quedo mirando una mancha en la pared, o tal vez era una grieta.

(inconcluso)

domingo, 1 de febrero de 2015

Mundo Fantasía

Hay veces en que se me vuelve insoportable estar sin vos. Irónicamente, la vida sigue y quizás yo pueda seguir viviendo. Hasta cierto punto, el último amor es el primer amor.

No sé cuánto más voy a aguantar.

Me gustaría contarle a cualquiera sobre la amplia gama de sonrisas que podías dibujar en tu boca con movimientos mínimos. Una sonrisa insegura dispuesta a titubear, o esa sonrisa traicionera que me seduciría hasta el fondo de un abismo, y esa sonrisa templada acompañada de ojos enamorados, entornados, tenues, llenos de dulzura y que me rogaban "quedate conmigo esta noche". Por esa expresión, por la que hubiera hecho lo que sea y con la que me condujiste lejos de mi mundo, nos sumergimos en un lugar, donde el tiempo no pasaba y el espacio tenía límites indefinidos, donde el todo era una confusión de sábanas y besos y manchas, y tardes de primavera, y escondidas y risas, y gritos por el pasillo siguiéndote, como te seguía a todos lados, porque vos eras mi guía, vos eras la que sabía en el amor, y yo no sabía nada, era nuevo en la vida y en ese lugar, ese lugar precioso pero trágico, donde el felino y la enredadera vieron nacer nuestro amor, "y tal vez algunos otros" se me ocurre decir y se me hierve un poco la sangre.

Pero las fantasías que se mezclan ya son demasiado para mi dolor de cabeza, te veo ahora mismo y también te recuerdo. Tus pelos eran negros y se extendían en una telaraña sin fin, en un éxtasis virtual, el mundo imaginario dominado por Delia Mañara, y tus pequeñas locuras atroces recorrían la red, y llegaban a mi; yo, que estaba perdido en esa habitación, un día entré esperando lo equivocado y me topé con tu terrible belleza, magnificada en el ideal fugaz del ahora mismo, entré y me enredé, no supe como salir (hasta que al final salí). Mientras pataleaba y gritaba pidiendo ayuda, a vos y a mi mismo, vos me contabas historias, me transmitías datos sobre mundos nuevos que ávido devoré gustoso (y que hipócrita y tonto presumí a otros faroles, plantados ahí como yo en la calle, luminosos pero ciegos), vos reías, llorabas, pedías por mi, te alejabas, me peleabas, te situabas tan terca e ingenua y linda junto a la cocina y reclamabas explicaciones, y yo no sabía qué decir, nunca lo supe, siempre balbuceé, nunca me decidí aunque me diste oportunidad de hacerlo una y otra vez. Mientras estaba yo ahí, buscando desenredarme, vos me atacaste con toda la artillería de tu voz, tu mirada, todas esas sonrisas que eras capaz de dibujar y que ya describí, tu inteligencia, tu humor brillantemente triste, tu vida misteriosa que nunca me terminaste de revelar, vos avanzaste segura como el primer día, buscando esa pequeña esperanza en tu vida que siempre dijiste no tener y de la cual desestimabas todo al respecto; nos encontramos en la oscuridad de esa habitación enmarañada de tu pelo y nos miramos, y mientras yo forcejeaba, vos me enamoraste. Vos me enamoraste inevitablemente. Me tomaste de la mano y locos y vertiginosos nos zambullimos de lleno en ese mundo, ese mundo Fantasía, y fue súbito el hundir; y yo estiraba la mano para salir, sintiendo el frescor afuera, y sintiéndome sin aire pensé que me asfixiaba, y mientras, vos me sumergías. Y mientras vos me sumergías el oscuro mar se hizo coral de mil colores y aprendí a amar el fondo del mar, y cuando finalmente pude salir fue solo para darme cuenta de que realmente todo lo que quería era volver allí.

Es posible que te esté extrañando mucho.

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